Las
metáforas que asocien a la política y a los ferrocarriles siempre tendrán sus límites.
Para empezar porque si hay algo que los caracteriza es su previsibilidad: los
trenes no hacen más que seguir el camino trazado por sus rieles, que siempre se
mantienen fijos apuntando a las mismas direcciones. Todo lo contrario a la política,
que ya lo decía Lenin, tiene mas de arte (en el sentido de creación) que de
planes inapelables enquistados en el tiempo y el espacio ¿Pero qué pasa
entonces con estos rieles rebeldes en los que nos remitimos? En principio,
porque no se puede pensar un blog del Sur del GBA sin remitirse al ferrocarril
y, al mismo tiempo, difícilmente pueda surgir un partido revolucionario en
estos pagos si carece de un corazón ferroviario, un núcleo duro entre sus trabajadores.
Porque rebelar los rieles, acá, es también la potencialidad de rebelar a un
cuarto de la provincia mas populosa del país.
La
Zona Sur del Conurbano, enorme dormitorio de la clase obrera bonaerense, hogar
de Duhalde e Insaurralde, es una criatura de proporciones colosales cuyo
esqueleto lo componen las vías del Ferrocarril Roca. En Zona Sur conviven la
arquitectura de las viejas casas oligarcas de Adrogué con los monobloc del
Barrio Don Orione; la paqueta Bernal y la pobrísima Villa Sapito son espejos en
los que podrían mirarse Monte Grande y el Jagüel. El barrio de los gitanos en José
Mármol, cuyas calles ni la década ganada pudo terminar de asfaltar, está a sólo
15 cuadras de la casa del ex kirchnerista devenido en massista Darío Giustozzi.
En el medio, irrumpen nuevamente los rieles del tren, que dibujan las fronteras
de acero con que se traza la geografía socioeconómica de la región.
Dentro
de esas fronteras están los barrios. Un verdadero crisol prehelénico de patrias
chicas. La pauperización de la vida en los ’90 encontró en esa subjetividad una
fertilidad asombrosa para las ideologías populistas y piqueteras. Kosteki y Santillán
fueron exponentes de esa generación que dejó en la región a muchas agrupaciones
que siguen su estrategia. Pero al mismo tiempo, Sur es una regional donde
existe una suerte de “populismo obrero”. Los sectores que hablan el idioma del
“campo popular” en estos pagos no chocan inmediatamente con los cafés con
leches y las fotocopiadoras de las corrientes universitarias que hace años se
entregaron en cuerpo y alma a la máxima de la política como gestión de un
aparato. Tanto el “ala izquierda” del FPDS de Lanus que se negó a participar en
bloque de la entrada de la COMPA a las elecciones, como corrientes que hacen
vuelcos “a lo trosko” en distintas fabricas de la región expresan que hay una
comprensión de la necesidad de hablar desde la clase obrera y no únicamente
desde alguna quimera de la superestructura electoral.
A
diferencia de la Capital o de la Zona Norte, donde los conflictos sindicales
fueron decantando en la generación del sindicalismo de base, en Sur lo que
vimos en los años precedentes fue una sucesión de derrotas (Sasetru, Firestone,
Masuh, Lagomarsino, Frena, despidos en distintas curtiembres y en jaboneros,
entre otros) que minaron las fuerzas morales de la clase obrera al impedir que
sectores postergados tengan, al menos, la referencia de internas combativas.
Son derrotas sindicales y políticas (y fisicas, como los asesinatos de Kosteki y Santillan por la policía y de Mariano Ferreyra por la burocracia sindical), sufridas por un proletariado que ya venía
profundamente golpeado desde los ’90, y no los particularismos geográficos, los
que determinan nuestra actual situación. Porque no es que “no hay fabricas” en
Zona Sur. Luego de la Unión Ferroviaria, el gremio con mas fuerza de la región
es la oficialista UOM, cuyos afiliados trabajan en un millar de pequeños
establecimientos y talleres, desperdigados en toda la zona, y ahora también,
concentrados en los parques industriales fundados en esta década kirchnerista.
Por ejemplo, mas de 8 mil obreros dejan la vida en el Parque Industrial de Burzaco,
en el que hay autopartistas, quimicas, alimenticias, textiles y fabricas de
todo tipo. Un rejunte gremial, donde conviven estos parques con fabricas
grandes, como la Cresta Roja, Firestone, Ferrum, Calsa, Cervecería Quilmes y,
por supuesto, el Polo Petroquímico entre otras, donde campean las mas diversas
y brutales formas de precarización laboral. Contra esas condiciones impuestas
mediante derrotas, los tercerizados del Roca se plantaron durante un conflicto
que se extendió a lo largo de un año, culminando en una de las victorias mas
importantes de los trabajadores durante el kirchnerismo. En la lucha por los
mas de dos mil pases a planta permanente, los trotskistas impusimos nuestra
propia impronta, nuestros métodos de asamblea y de lucha. Contra ese fantasma
que comenzaba a hacer carne es que la burocracia de Pedraza disparó el día que
asesinó a Mariano Ferreyra, porque la lucha de los tercerizados del Roca, objetivamente
era un ejemplo a seguir por todos los trabajadores. Los mismos tipos que encabezaron
esa lucha, por los que Tomada y Pedraza se preocupaban para que no le laven lacabeza a los trabajadores, hoy se presentan en un frente unitario en el
Ferrocarril Roca gozando del apoyo de un sector extendido de los ex
tercerizados. Debemos prepararnos para estar a la altura de la preocupación que
esto les mete a los patrones, al Gobierno y, en especial, a la dividida lista
Verde.
Las
experiencias de los espacios de coordinación que las internas de Kraft en Norte
y Alicorp en Oeste pusieron en pie nos plantean en estos pagos la imperiosa
necesidad de emularlas. En los casos anteriores, el frente único defensivo
conformado nacía por la necesidad de enfrentar los despidos de los contratados.
Pero si bien no esta planteado defender ninguna posición lo que sí tenemos que
hacer, la verdadera “cita de honor” para cualquier clasista sureño, es una
lucha ofensiva. Es la disputa desde la Unión Ferroviaria y sus elecciones
sindicales por el control de los rieles, por el ferrocarril. Terminar con los
despojos de la Verde, que viene de tener a sus dos kapangas en cana y esa
crisis se expresa en que estas elecciones van en dos listas distintas, es una
necesidad para el desarrollo de un polo combativo de la clase obrera en la Zona
Sur. Combate ofensivo, campaña preventiva, apuntando contra la Verde también
estamos atacando al único gremio que mostró su verdadero rostro, su funcionalidad
primaria en este sistema. El asesinato de Mariano Ferreyra por un lado, y el
pase a planta de mas de 1600 trabajadores del Roca, revelaron no solamente los
negociados que ligan por mil lazos a la burocracia sindical con el millonario
negocio de la tercerización sino que estan dispuestos a matar por defenderlo.
Barrer a la Verde, o al menos intentarlo, dejara en mejores condiciones al
conjunto de los luchadores de la Zona Sur. El apoyo a la lista unitaria de los
clasistas en el ferrocarril es a la vez una posibilidad política como una
necesidad estratégica.
Este
jueves se va a realizar un encuentro convocado por la lista clasista del Roca
para discutir estos temas en el que participaran tambien los SUTEBAS
recuperados y la oposición a Baradel en docentes, los delegados clasistas de la
agrupación Naranja de Firestone, los gráficos clasistas de Morvillo, ademas de
los jóvenes trabajadores que nos venimos organizando clandestinamente en
distintas fabricas de la Zona Sur y los estudiantes universitarios. Los
luchadores de estos pagos buscaremos forjar un compromiso de hierro en el calor
de este combate. La profundidad y extensión que logremos alcanzar y la
potencialidad del agrupamiento para potenciar los distintos trabajos sindicales
y políticos todavía no tiene un techo. Y no tiene por qué alcanzarlo en el
mediano plazo.